En el último tiempo, Latinoamérica se convirtió en un territorio prolífico para Bitcoin y otras criptomonedas. ¿A qué se debe esto? ¿Qué tiene esta región que le es tan favorable a las divisas digitales?
Dentro de América Latina, cada país presenta sus propias características y sus diferencias. No hablamos de una región homogénea. Está Venezuela con su difícil momento sociopolítico; el empuje chileno; el desarrollo de estado colombiano; el nuevo rumbo que depara a México; la imponente presencia de Brasil y la complicada situación económica argentina. Sin embargo, así y todo, cada uno de estos demuestra un interés por Bitcoin.
A partir de esto, Javier Bastardo del medio Cointelegraph, analiza cuáles son las razones principales de este interés generalizado por la criptomoneda. ¿Qué potencialidades tiene Bitcoin que se adaptan con la mejora de la región? Veamos las 5 causas:
1) Las economías en desarrollo:
La economía del continente latinoamericano se caracteriza por estar compuesta por países que todavía están en vías de desarrollo. Perú y Chile, por ejemplo, en pleno crecimiento, tuvieron incidencia en el interés de sus ciudadanos en el mundo de Bitcoin y los cripto activos. Los ciudadanos lo ven tanto como un medio de inversión como para crear servicios y productos que estén asociados a su funcionamiento.
Además, se están tomando en cuento a los cripto activos a nivel corporativo y empresarial. Esto se demuestra con el nacimiento de nuevas casas de cambio o de empresas especializadas en cajeros automáticos. Si bien estas propuestas aún no tienen un gran alcance, los emprendedores de la región cada vez se animan más a probar con negocios asociados a esta tecnología.
2) Sé tu propio banco:
Uno de los principales elementos a favor de Bitcoin en Latinoamérica es la oportunidad de contar con una plataforma global de servicios financieros para los desbancarizados. El sistema bancario de la región, muchas veces impone su propia lógica y funciona por encima de las necesidades de los usuarios. Pero con Bitcoin no sucede lo mismo.
Bitcoin, como red de intercambio global de valor, propone un modelo más inclusivo. Si bien tiene altos costos, la moneda creada por Satoshi Nakamoto es la única criptodivisa que ofrece el envío y recepción de dinero, de manera transfronteriza y no censurable, que requieren aquellos que aún no forman parte del sistema financiero tradicional, bien sea por no cumplir el perfil de consumidor o por no tener los recaudos necesarios.
3) Por su comunidad:
Según un informe hecho en junio por Statista, portal alemán de estadísticas, dentro del top 10 de los países con mayor exposición a Bitcoin se encuentran cinco países de América Latina. Quienes integran el podio son Brasil, Colombia, Argentina, México y Chile.
Además, existen varios equipos de alcance internacional que ya están trabajando en Latinoamérica. Por ejemplo, la Alianza Blockchain Iberoamérica, que cuenta con un nodo en cada país, es prueba de este interés. Varias casas de cambio y otros servicios asociados a las criptomonedas y los propios proyectos criptográficos tienen comunidades en los diferentes países de la región, consolidando la colaboración y el desarrollo común.
4) Su regulación:
Un aspecto muy importante es que Latinoamérica aún no tiene un marco legal que sea amistoso o no definido sobre las criptomonedas. No hay prohibiciones taxativas sobre su uso, aunque algunas autoridades suelen advertir sobre su riesgo de inversión. Por ejemplo, en países como Venezuela se está intentando impulsar el desarrollo de una criptomoneda que, si bien está muy lejos de parecerse a Bitcoin, demuestra hasta que esferas llegó el interés.
Entre otros casos, el gobierno colombiano mostró su apertura hacia la tecnología blockchain, asegurando que si su implementación ayudaría a terminar con la corrupción, el gobierno podría utilizarla perfectamente. Igualmente, en el resto de las naciones de la región se debate la idea de un marco regulatorio sin que el clima general que se respire sea tóxico para el crecimiento de esta industria y el bienestar de los usuarios de criptomonedas.
5) Valor:
Bitcoin tiene al menos 9 años funcionando de manera perfecta e ininterrumpida, sin que las proyecciones económicas que se hacen sobre su funcionamiento intrínseco (la inflación, la emisión de nuevos bitcoins, entre otras características) en su red, el valor que intercambian los usuarios no dependen de condiciones sociales, de conflictos políticos o de la ineptitud económica de los gobernantes. 1 BTC es 1 BTC.
Las monedas fiduciarias, por el contrario, demostraron que su comportamiento obedece a poderes y actores de decisión que están muy por encima de los ciudadanos. El bolívar venezolano vale poco menos que nada debido a la mala gestión del gobierno y a la misma causa podría atribuirse el declive del peso argentino. Los ciudadanos no tienen ningún tipo de control sobre el valor de su propio trabajo, que cae sin que puedan hacer nada.
En este contexto socioeconómico, la oportunidad que ofrece Bitcoin para que cada miembro de la red maneje de manera autónoma sus finanzas personales es mucho más atractiva para economías volátiles y en desarrollo, en donde el dinero suele perder su valor, que para países más estables.